10 Tamara

Yo cuido un par de ancianos. No sé por qué no existen dos conductos diferentes para tragar y para respirar. No puedo tomar una pastilla sin sentir angustia de asfixia o sentir que terminaré con la pastilla dentro de mis pulmones y en la primer guardia de hospital si es que llego. Quiero morir joven o al menos, disponer de mi cuerpo hasta el momento en que los médicos empiecen a disputárselo. Toda la cuenta del teléfono, la pensión y la ayuda de los hijos va a parar a los médicos, enfermeros y consumos medicamentosos de la pareja de ancianos que cuido todas las mañanas. Cuido es una forma de decir, ya que es más lo que ellos me cuidan a mí que lo que yo a ellos. Siempre me preparan tisanas con los ingredientes justos para el humor que estoy necesitando y sé que se hacen los que necesitan mi ayuda para las tareas más elementales. Caridad, así es como le llaman, y por dejarme dejarlos ejercerla me pagan. Aunque soy su nieta, igual siempre iban a ayudarme. Me encanta la ropa vintage, y suelo saquear el ropero de mi abuela a escondidas rescatando verdaderas joyas inencontrables, aunque ella también lo sabe. De chica me decían Tami, de grande sólo Tamara.